Diagnóstico del origen de la enfermedad:

Tiene como objetivo fundamental detectar las causas implicadas en la génesis de la enfermedad.

Se indicarán pruebas especiales detalladamente seleccionadas e individualizadas. Las áreas a explorar serán la genética, la genómica, el perfil de nutrientes, la carga tóxica ambiental, la microbiota, el sistema nervioso autónomo y el estilo de vida.

Abordaje terapéutico:

El objetivo fundamental de esta fase será optimizar a nivel biomolecular todos los aspectos necesarios para una adecuada función celular.

Propuesta personalizada con impacto global en el organismo que abarca todas las áreas implicadas tales como alimentación, manejo del estrés, calidad del sueño, restauración nutricional, detoxificación, equilibrio del estrés oxidativo, así como la neuromodulación del sistema nervioso autónomo.

Seguimiento evolutivo:

El objetivo principal es mantener a largo plazo el estado de salud ya alcanzado.

Se realizarán controles médicos periódicos cada 3, 6 y 12 meses para evaluar la evolución y las necesidades cambiantes.

Estos controles permiten detectar cualquier cambio en la salud, ajustar el tratamiento y prevenir futuras complicaciones. Se busca mantener un enfoque proactivo para la salud y tomar decisiones informadas para mantener y mejorar el bienestar a largo plazo.